domingo, 7 de agosto de 2011

Hasta Pronto, Padre.

Hasta Pronto, Padre.
Agradezco y expreso mi más sincera fidelidad, en primer orden, a nuestro Divino Creador, quien ha permitido que todos confluyéramos a esta ceremonia.

A todos y cada uno de ustedes, les agradezco, por las muestras de solidaridad y por otorgarnos su compañía, en estos momentos de dolor, que nos embarga, por la pérdida irreparable de mi amado padre, Julio Elías Pérez Díaz, a quien me permito expresarle mi infinita gratitud en calidad de hijo, por ser una persona especial. He podido advertir que muchos de sus vecinos, amigos y conocidos le guardan mucho aprecio y de seguro van a extrañar su presencia en esta hermosa tierra, pues agradecemos además por sus expresiones de condolencia, sus momentos de compañía en su velatorio, su presencia en la misa organizada en su nombre y ahora en esta masiva despedida.

Papá, estoy convencido que estás vestido de blanco en la Gloria de Nuestro Señor; afortunado, seas mi querido "Pulías", por tener tal privilegio, porque estando en la enfermedad, has pedido perdón por tus pecados, y el Señor ha mostrado su misericordia para contigo, permitiéndote estar en plenitud en el tercer cielo.

La forma y manera como empezaste tu partida, ha sido un plan perfectamente organizado por el más grande planificador, Nuestro Dios; y, ello ha servido además para unirnos como familia y apoyarnos como tales. Ante el acontecimiento de tu enfermedad y al advertir tu dolencia, ha determinado que vuelva mi espíritu a Dios y ore y ruegue por tu sanidad, de la manera como nunca antes lo hice, logrando mantener un vínculo tan pero tan cercado con Él, siendo su disposición y voluntad que partieras ya, y sobre eso ninguno de tus nobles criaturas podremos renegar y reprochar.

Quiero expresar la gratitud más infinita a mi Papá Julio Pérez Díaz, por haberme brindado parte de su ser, por haberme legado a través de su sangre y de manera muy fugaz y corta con su enseñanza, ciertas virtudes como el orden, la disciplina, la perseverancia y por sobre todo, crear en mi ser la necesidad de ser justo, ser compasivo, solidario y ser bondadoso; fortalezas y atributos que mi padre ha desplegado en el decurso de sus días.

Recuerdo padre, las muestra de tu ternura, volcada a raudales para con nosotros en nuestra niñez, y tu cariño excesivo cuando éramos mayores, pude advertir que siempre has mantenido muestras de afecto para con nosotros, en especial a mis hermanos menores, los que han tenido gran fortuna de compartir toda su vida a tu lado, hasta el día 03 de agosto en que Nuestro Señor te ha llamado.

Recuerdo claramente y se mantiene fijado en mi mente, cuando nos trasladabas a mi hermano "Pepe" y a mí, por estas apacibles calles, al peluquero, sí éramos tus amados feroces, cogidos de nuestros pequeños cuellos con esas manos que seguramente rociaste y frotaste infinidad de veces por nuestros pequeños rostros y humanidades, y como siempre de seguro replicaste para con mis hermanos menores, a quienes aprecio y adoro en la misma proporción que tú, lo has hecho.

Te quiero pedir disculpas por si alguna vez notaste ingratitud de mi parte. Siempre te tendré en mi mente y en lo más recóndito de mi corazón. Siempre te amé, padre, siempre lo haré.

Te vengo a asegurar que iré en tu búsqueda, y allí compartiremos todo el tiempo, que éste esquivo destino nos quitó. Papá, pero ese ha sido el plan de mi Señor, para llevarte a su lado, y prefijarnos que se hace necesario, que para actuar, para pensar, para sentir se debe hacer en armonía con su mandamientos, que debo de proceder a agradecer por cada día de vida, por el regalo de tener una familia, que resulta ser la más maravillosa del mundo, por crearme la necesidad de formar una familia con el mismo número de integrantes, que lo éramos inicialmente, hasta antes de separarme de tu lado, en mi niñez.
Padre, quiero confesarte públicamente, que ahora más que nunca tengo paz en mi ser, que es tan sencillo vivir en plenitud y en armonía con nuestro Divino Creador, la forma cómo han acontecido las cosas, el inicio de tu partida ha sido desencadenante para formar un lazo indestructible con mi Señor, por tengo la certeza que te encuentras a su lado, mostrándonos la grandeza de su perdón, y la infinitud de su misericordia. Tú has sido escogido por Él, para formar parte de su ejército de ángeles; y, te digo que siempre mantendré una constante oración y rogaré porque todos y cada uno de nuestra enorme y amada familia, se enrumbe para ir en tu búsqueda.

Hasta Pronto, querido Papá.

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